(04.06.08)Los calabozos de la Zona Nº 5 de la Policía del estado Anzoátegui volvieron a ser escenario de una huelga de sangre por parte de los reclusos que ahí permanecen. Los internos solicitan mayor celeridad en los casos y denuncian retardo procesal penal. Desde la mañana de ayer, cerca de 40 reos iniciaron una huelga de hambre que se agudizó pocos minutos después, al no obtener ningún tipo de respuesta por parte de las autoridades, pues los detenidos optaron por cortarse sus cuerpos. El líder de los reclusos, quien prefirió omitir su nombre, indicó que se mantendrán en pie de lucha hasta que sean escuchados y sus procesos judiciales acelerados. “Aquí hay personas que tienen hasta dos años esperando ser presentados ante los tribunales, en ocasiones no se presentan los testigos y en otras, la juez está inhabilitada por permiso o de reposo médico, mientras nosotros seguimos aquí presos”.
Medidas
A pesar de que la directora del Circuito Judicial Penal en la zona sur del estado Anzoátegui, Eleana Rodolfo, indicó que no existía ninguna huelga organizada por los internos, señaló que se encontraban estudiando algunos casos para determinar si realmente existe el retardo expresado por los presidiarios. “Estamos trabajando y estudiando caso por caso, para ver cómo están los procesos judiciales”.
No obstante, cerca de las 10:00 de la mañana, tres internos fueron sacados de los retenes de la Policía del estado Anzoátegui y trasladados en una unidad radiopatrullera hasta la sala de urgencias del hospital general Luis Felipe Guevara Rojas de El Tigre. Los reos tenían heridas producidas con objetos cortantes en diferentes partes del cuerpo.
El comisario David Rodríguez, comandante de la Policía del estado Anzoátegui en el sur de la entidad, no estaba en la zona durante la mañana de ayer, sin embargo, manifestó mediante vía telefónica que el hecho fue notificado al Ministerio Público. Dijo que se están tomando medidas para mantener las normas de seguridad durante esta nueva protesta.
De Interés
A pesar de que los reclusos se mantenían en huelga de sangre, los portones de la Policía del estado permanecían cerrados para los familiares, quienes no estaban enterados de lo que sucedía en el interior de los calabozos. María Fernández indicó que ella llegó al comando para llevarle comida a su sobrino, pero le impidieron el paso.
Extraido de Nueva Prensa de Oriente. 04.06.08
http://nuevaprensa.info/content/view/14096/2/
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